Overlanding en Zarautz

Salimos temprano desde casa, ya que nos esperaban unas cuantas horas de camino hasta llegar a nuestro destino: Zarautz, un lugar que solo conocíamos por algunos videos que habíamos visto en YouTube y por las imágenes que, de vez en cuando, aparecen en las recetas de Carlos Arguiñano. 😉


Descubriendo Zarautz en nuestra ruta overland

Al llegar al norte de España, uno se da cuenta de que el paisaje cambia por completo respecto al resto del país. Los montes, de un verde intenso sobre más verde aún, delatan la diferencia en el clima y esos días de lluvia extra tan característicos de la zona.

Nuestra manera de viajar —haciendo overlanding por España— nos permite quedarnos en lugares en plena naturaleza, y esta vez no fue la excepción. El Gran Camping Zarautz está ubicado en lo alto de un acantilado, desde donde se contempla el pueblo de Zarautz a tus pies. Un sitio privilegiado para disfrutar del entorno y comenzar a explorar esta joya del País Vasco.

Montamos el campamento y esa misma tarde hicimos una primera avanzada al municipio rápida para comprar algo de cena y ver un poco el entorno , esta vez íbamos a combinar naturaleza y ciudad para conocer a fondo todo lo que puede ofrecer esta zona.

La bajada desde el camping al pueblo es directa por una pasarela.

Una de las ventajas de quedarnos en el Gran Camping Zarautz es que justo desde allí sale una pasarela que baja directamente hacia el pueblo. Lo interesante es que no es solo un camino funcional, sino que forma parte de una ruta de senderismo espectacular que conecta Zarautz con el precioso pueblo de Getaria (GR-121). Se trata de un tramo del sendero costero conocido por bordear los acantilados con vistas impresionantes al mar Cantábrico.

Nada más salir del camping, se puede enlazar fácilmente con este sendero, que te lleva primero por la zona alta del Talaimendi y luego desciende por un tramo de escaleras que parecen sacadas de una película. Si te desvías un poco, puedes asomarte a un antiguo cargadero de mineral, hoy convertido en un mirador natural. Desde ahí, el camino te lleva hasta la playa, bordeando el campo de golf, y luego puedes continuar por el paseo marítimo o por la misma arena hasta el centro del pueblo.

Una ruta corta, pero con unas vistas y una energía que hacen que el camino valga tanto como el destino.

Explorando Zarautz: nuestro segundo día entre surf, pintxos y paseos junto al mar

El segundo día lo dedicamos a recorrer el centro histórico de Zarautz, que aunque no es muy grande, tiene ese encanto de los pueblos del norte, con callecitas estrechas, edificios de piedra y un ambiente tranquilo pero muy vivo. Pasamos por el mercado, que nos encantó por lo auténtico que se siente, con productos frescos y gente local haciendo la compra del día.

Después fuimos bajando hacia el paseo marítimo, que es uno de los más bonitos que hemos visto, con vistas infinitas al mar y un montón de vida a cualquier hora.

Algo que no pasa desapercibido en Zarautz es la cantidad de gente que va con la tabla bajo el brazo. Desde primera hora de la mañana hasta el atardecer, siempre hay surfistas en el agua, algunos locales que se conocen cada ola, y otros que vienen de fuera solo para disfrutar de esta playa tan mítica. Ver cómo se lanzan al agua con tanta naturalidad te contagia las ganas de probar, o al menos de quedarte un buen rato mirando desde la orilla o desde alguna terraza con vistas. Es parte del alma del lugar, y aunque nosotros no surfeamos, se nota que aquí el surf es más que un deporte: es una forma de vida.

Para comer, nos sentamos en un bar de pintxos donde, como siempre, acabas comiendo más de lo que pensabas porque cada uno que pasa por delante te tienta más que el anterior.

Y para cerrar el día con algo dulce, fuimos a merendar a la pastelería del hijo de Carlos Arguiñano, que tiene una terraza con vistas al mar donde el café y los pasteles saben aún mejor.

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